09
Ahora que Yunjin estaba sin su ropa, Chaewon podía sentir toda la piel sudorosa y caliente contra la suya, que estaba en el mismo estado.
Su maldito coño estaba que goteaba, necesitaba a su novia joderla de una vez. Pero Yunjin estaba metida en su papel, no dejando ni siquiera tocarla.
Porque Yunjin utilizó su corbata para atarle las manos a la cabecera de la cama. Cada vez que una ola de placer volvía a ella, quería bajar los brazos y eso era divertido para la japonesa, quien soltaba una sonrisa.
─ ¿Qué pasa? ─ se burló, su aliento golpeando contra el pezón rosado de Chaewon. ─ ¿Mmh?
Le estaba comiendo los pechos de tal forma que Chaewon estaba impresionada, nunca antes lo había hecho. Sentía totalmente la lengua de Yunjin sobre ella, y nunca dejando de mirarla a los ojos. Chaewon incluso estaba un poco tímida por esa vista lujuriosa.
─ ¡Mgh! ─ soltó la rubia cuando unos dedos tiraron del pezón derecho. ─ Y-Yunjin...
─ Mírate, como toda una zorrita necesitada. ─ subió nuevamente hasta estar cara a cara. ─ Tan deseosa, tan sucia y humillada. ─ lentamente su mano bajó hasta la vagina de Chaewon. ─ Mmh, estás tan mojada que arruinas las sábanas, ¿qué pensarán cuando tengan que lavarlas? Una maldita perra que no se conforma y siempre quiere más. Dime, ¿qué quieres ahora?
Las dulces pero no muy gentiles caricias en esa zona especial no estaban dejando que se concentrara bien. Sólo podía gemir alto y cerrar los ojos, mas cuando lo hizo sintió un azote en su muslo.
─ No cierres los ojos, mírame cuando te jodo.
Los movimientos eran cada vez más rápidos, más duros, y Chaewon se sentía en el cielo. Solo pudo luchar para no ser desobediente. Y cuando sintió dedos dentro suyo, volvió a cerrar los ojos.
Y un azote más fuerte.
─ ¿Qué te dije, estúpida? ─ Yunjin paró de moverse. ─ Mh, te gusta ser mala chica, ¿no? Te encanta que te castigue y que te maltrate.
Bajó a besar su boca, o más bien, a abusar de su poder al tenerla temblando y caliente. Los chasquidos de la saliva eran el único sonido ahora, cosa que no duró mucho pues Yunjin se apartó.
─ Te voy a joder tanto ahora, Chae.
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